Un whisky solo.
Buscamos las ganas en la basura
sin darnos cuenta de que llenamos
de hielo nuestros estómagos.
Dos vasos.
Nos abandonamos a la pasión
alcoholizada del desengaño
pidiendo sangre como murciélagos.
Tres son multitud.
Bebimos de caderas ajenas
buscando el sol y sus retazos
pa' cubrir nuestro tono níveo.
Cuatro caladas a un cigarro.
Cerramos las puertas de golpe
y arrojamos las llaves a varios barrancos.
Púdrete con tus amores platónicos.